viernes, 29 de abril de 2011

Pablo Ramírez: "Lo que me inspira es trabajar, hacer lo que me gusta"

Malena Solda: "Si uno no disfruta, nada tiene sentido"

Por Cecilia Alemano para Diario Z


Foto: Fernando Calzada
En Inventarios, la obra de Philippe Minya­na que se presenta en el Konex, Malena Sol­da interpreta el papel de Ángela, quien compite en un programa de televisión con Bárbara y Jacqueline. Las tres exponen sus vidas, sus re­cuerdos más íntimos, sus miserias. Y lo hacen porque, en el fondo, quieren ser queridas. Malena, que hace tiempo se corrió del frene­sí de la tira diaria, encontró así un modo de hablar de la caja boba. "Me gustó la ironía que hace el autor sobre los programas donde la gente cuenta sus aspectos ínti­mos, como talk shows y realities", dice ella, que en las entrevistas nunca se refirió a su vida privada. "No me gusta que me pregunten por mi situación sentimental, y si lo hacen me voy por la tangente. Como actriz me conviene que se sepa lo menos posible sobre mí, porque si no se produce un pre­juicio en el espectador."

¿Cuándo descubriste que te sentías más cómoda sobre un escenario que en la tele?
En el escenario uno tiene más liber­tad, porque puede usar todos sus recursos. El cuerpo, la voz, la pro­yección. Te exige más, pero sos más libre para expresarte. Además ma­nejás tus propios tiempos. direc­tor de cine corta a piacere y creo que en la tele ni lo piensan. Cuan­do hago televisión me gusta jugar­me con proyectos alternativos, de productoras independientes. Como Guita fácil, la miniserie que grabé el año pasado de Marcelo Camaño.

¿Cómo se hace para correrse sin temer que te olviden?
Tiene que ver mucho con la edu­cación, con lo que te dieron en tu casa. Cuando en 2005 yo tomé esa decisión, y sentía todos esos miedos, había algo que me respal­daba. Una parte de mí misma me decía "Va a estar todo bien". Esa confianza en vos misma la tenés un poco innata, y otro poco por­que en tu casa te dijeron "Mirá, acá va al rebaño, pero vos podés hacer otra cosa. Tenés que hacer lo que te haga feliz". Mis padres nos estimularon mucho de chiquitos. Fuimos a cerámica, canto, guitarra, lo que quisiéramos. Entre esas ac­tividades estaba teatro. Y yo sen­tía que eso era lo que quería hacer, aunque de entrada no se lo toma­ron muy en serio. Era como un jue­go, para mí, y para ellos también.

Fuiste alumna de Hugo Midón. Imagino que él también habrá forjado esa autoconfianza...
Sí, es la infancia, Hugo... lo mejor de la infancia. Había una canción que decía "Me miro en el espejo, me quiero como soy, no importa si soy flaco, petiso y panzón, así soy yo". A mí me llevaban porque la ideología de mis padres coinci­día con la de él. Fueron seis años que me marcaron muchísimo. Hugo siempre planteó la actua­ción desde el juego, y el placer; le­jos del divismo. Y eso es muy im­portante, Si uno no disfruta, nada tiene sentido.

Integrás Teatro por la Identi­dad, ¿cómo vivís los avances en derechos humanos?
Cuando nació Teatro por la Iden­tidad, a fines de los 90, fui a ver la obra A propósito de la duda y salí muy conmovida, porque era la primera vez que se hablaba de los nietos de esa manera, en un con­texto muy frívolo como el que es­tábamos viviendo. Por eso cuan­do terminó la función le pedí a Valentina Bassi, que era una de las fundadoras, que por favor me llamaran cuando necesitaran a al­guien. Desde ese entonces hasta hoy, sigo. Entonces era muy dis­tinta nuestra función social como actores. Años después, un pro­grama como Montecristo pudo hablar de esto, y lo celebro.

¿Cómo te llevás con Buenos Aires?
Bien, le tengo mucho cariño. Me gusta que todo el año haya sol. Sí veo la cantidad de autos que hay, y me deprime un poco. Y la multi­plicación de torres me termina de deprimir. Pero me gusta andar en subte, me gustan los trenes -aun­que me gustaría que estuvieran mejor- la diversidad cultural.

¿Qué es lo mejor de los porte­ños?
Creo que la avidez por la cultura.

¿Y lo peor?
El racismo del cual no tenemos con­ciencia. Ahora con esto de Mauri­cio Macri y sus declaraciones saltó más de uno. A veces escucho co­sas que no puedo creer. "¿Qué te pensás, que soy peruano?", "Sos reamarrada, sos rejudía", ¡¿cómo?! Eso me da vergüenza, porque me parece que ni siquiera hay registro de que está mal.

DZ/km

jueves, 28 de abril de 2011

Inventarios: una obra para desnudar el alma



Foto: Alejandra López
Un inventario es un recuento de cosas inútiles. Inútiles las cosas y el recuento también porque sabemos que lo que se va ya no vuelve y lo que se va de cada cosa somos nosotros mismos, esos que fuimos y ya no somos ni seremos. 

Borges, que casi todo lo dijo siempre mejor que nadie, escribió: “¡Cuántas cosas, / láminas, umbrales, atlas, copas, clavos, /nos sirven como tácitos esclavos, /ciegas y extrañamente sigilosas! / Durarán más allá de nuestro olvido; /no sabrán nunca que nos hemos ido.” 

Estamos condenados al olvido (las cosas no) e inventariamos para perdurar, para que todo yo esté incluido en todas y cada una de mis cosas. 

Jacqueline Mettetal (Verónica Pelaccini), Bárbara Fesselet (María Laura Santos) y Ángela Rougeot (Malena Solda) fueron elegidas para una competencia televisiva donde deberán inventariar sus vidas a partir de un objeto (en el trascurso de la maratón televisiva aparecerán otros): una palangana, una lámpara y un vestido del 54´ testifican una existencia, una historia pasada, una perdida, la muerte y el olvido. 

Hablar sin parar es la idea, decirlo todo sin perder detalle, desnudar el alma, contar hasta lo difícil de creer y fácil de inventariar. Esas tres mujeres francesas intentan así un frenético retrato, una semblanza pormenorizada para convencer cueste lo que cueste, para dar cuenta de su paso por la vida, para huirle a la soledad. 

Lo curioso es que el deseo de permanencia tenga lugar en el paraíso de lo efímero, que no es precisamente la televisión sino ese formato tan particular conocido como “reality show” donde hoy no sos y mañana (¡ay!) tampoco. Cada participante no duda en mostrar sus miserias ante los espectadores y piensan (como muchos) que salir en la televisión diciendo cualquier cosa (todas las cosas) les otorgará un rinconcito de privilegio en la sociedad del espectáculo, aunque lo que vemos (nosotros lo sabemos bien) es patético y denigrante. 

Un presentador disparatado y absurdo completa el elenco de este show. Eva- Igor (Alfredo Staffolani) representa al típico conductor sin escrúpulos que es capaz de todo por un punto de rating, simula una constante falsa alegría y es el dueño del tiempo de la palabra, medido, por supuesto, en términos de pauta televisiva. 

Inventarios trabaja la contradicción entre historias fuertes de vida y la banalidad de un formato que condena al olvido, un segundo después de apagada la cámara; cuestiona la imperiosa necesidad de decirlo todo, los difusos límites entre lo público y lo privado y el desprestigio de la palabra en pos de un efecto, de un golpe bajo.

Philippe Minyana dijo alguna vez que su mayor inquietud es captar la desazón del hombre que está aquí, sobre la tierra. Algo de eso logra con Inventarios, que quizá no sea su mejor obra, pero tiene una gran virtud: es un texto para que los actores se luzcan. Gran mérito el del director Gonzalo Martínez que supo elegir a estos cuatro actores que brillan por sus actuaciones, su verborragia, lucidez y gran presencia en escena. 

miércoles, 27 de abril de 2011

Inventarios en Mirabaires


Foto: Alejandra López


Dirigida por Gonzalo Martínez, Inventarios es uno de los últimos estrenos en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, Abasto). Desde el 9 de abril se presenta la obra de Philippe Minyana que protagonizan Malena Solda, Verónica Pelaccini, María Laura Santos y Alfredo Staffolani.

La puesta comienza con una competencia coordinada por Eva, el presentador estrella, y tres mujeres francesas que se miden en una competencia por desnudar su interior: Bárbara, Jacqueline y Angela. El diseño de vestuario fue realizado por Pablo Ramírez.

Las funciones son los viernes y sábados, a las 20.30, y los domingos, a las 19.
Las localidades pueden adquirirse desde $ 50. 
Para más información: http://www.facebook.com/inventarios

Publicado por Mirabaires*

* Mirabaires es una revista semanal online con información seleccionada acerca de la vida social, cultural, empresarial, de entretenimientos, con la mirada puesta sobre un mundo globalizado y a su vez, cada vez más segmentado.

sábado, 23 de abril de 2011

"Me gusta poder cambiar" | Malena Solda habla en Clarín sobre Inventarios

Foto: Diego Waldmann


23.04.2011 | Por Andrés Pineda Especial Para Clarín


Con sólo 33 años, Malena Solda, tiene una sólida trayectoria actoral en cine, televisión y teatro. La actriz de hablar enérgico y mirada segura, conversó sobre la obra Inventarios , del autor francés Philippe Minyana, que estrenó en la Ciudad Cultural Konex bajo la dirección de Gonzalo Martínez. El espectáculo se concentra en una serie de monólogos sobre tres mujeres que compiten descarnadamente entre sí. Allí comparte elenco con Verónica Pelaccini, María Laura Santos y Alfredo Staffolani.

¿Cómo es tu personaje en la obra? Se llama Angela Rougeot, es una de las tres participantes de un programa de televisión. Cada una cuenta su historia de vida, buscando captar la atención del público.
¿Qué te atrajo del proyecto? Me gusto mucho el texto. La forma como la escribió Minyana, que transmite la mayor oralidad posible. No tiene puntos, ni comas, ni signos de interrogación, ni signos de admiración. Eso lo hace muy vivo.
¿Eso le da mayor libertad al actor en su trabajo de interpretación? La verdad que sí. Eso, a veces, a los actores les puede generar un poco de vértigo, porque no hay ninguna indicación de cómo lo tiene que hacer, pero al mismo tiempo da más libertad de juego.
Uno de los tema que explora la obra, es el castigo de la mujer por el amor y el sexo.
Sí, el castigo que había en la década del 40 y 50, cuando las mujeres no podían practicar su sexualidad libremente. Pero más allá de las circunstancias, los personajes están muy contentos de tener ese momento de protagonismo.
“Inventarios” está situada en Francia y habla sobre una época específica. ¿Qué creés que le pueda atraer al público argentino? Es muy universal. Si alguien sabe mínimamente de que se trata Gran Hermano o un reality show, entiende de qué se está hablando en la obra.
Has hecho muy poco teatro off. ¿En qué se diferencia esta experiencia de lo demás que has hecho? El ritmo de trabajo es un poco más lento. A lo mejor estoy más acostumbrada a un trabajo donde las cosas se resuelven más rápido. En el aspecto artístico no tomarse su tiempo para buscar un personaje, no es bueno... y a veces sí. Pero yo trabajo igual.
Entre el cine, la televisión y el teatro, ¿qué es lo que más disfrutás? Lo que más me gusta es poder cambiar, porque soy de aburrirme fácilmente. Tal vez no me aburriría de hacer cine siempre, pero si me dedico solo al cine me canso de esperar que lleguen proyectos y me muero de hambre. Y eso no es bueno para nadie. 

viernes, 15 de abril de 2011

El vestuario de Inventarios fue diseñado por Pablo Ramírez

Boceto: Pablo Ramírez

Pablo Ramírez se formó en la carrera de Diseño de Indumentaria de la Universidad de Buenos Aires.
En el año 2003 se recibió como Licenciado en Actuación del Departamento de Artes Dramáticas del Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA).
Ramírez se ha desempañado como docente, estando al frente de diversos cursos relacionados al mundo del teatro.

Sus primeros pasos en la moda los da en el Estudio Mission Impossible en París en el año 1994. De regreso a la Argentina trabaja como jefe de producto rn el área de diseño, imagen y comunicación en marcas como Alpargatas, Via Vai, Gloria Vanderbitt, entre otras. En el año 2000 debuta con Casta, la primera colección de su etiqueta Pablo Ramírez, formando parte del movimiento de diseñadores independientes denominados autor.

Tango, Poesía, Pueblo, Snob, Bodas, Fatal y Fiesta son solo algunos de los nombres de las colecciones que recibieron la ovación del público y la prensa local e internacional.
Además de haber presentado sus colecciones en Buenos Aires, es un invitado habitual de pasarelas internacionales como Madrid, Berlín y Medellín.

Ha trabajado para numerosas producciones de teatro, ópera, ballet y conciertos.