viernes, 20 de mayo de 2011

Derivas del teatro documental | Inventarios en Revista Ñ

La producción dramática del francés Philippe Minyana parece instalarse en Buenos Aires tras la sólida puesta de “Inventarios”, ahora en cartel. Aquí, el autor habla de sus procedimientos a la hora de escribir un teatro de investigación en la era de los Realities.

Por Susana Villalba para Revista Ñ

En el Centro Cultural Konex se estrenó recientemente Inventarios, pieza del francés Philippe Minyana, con dirección de Gonzalo Martínez, excelentes actores y un importante trabajo visual y sonoro diseñado por Ian Kornfeld. La obra es de 1987 y por entonces el Entrevistador representaba a quien acercaba las voces del coro de anónimos, un resabio del mensajero griego, según el autor. Dados la actual relevancia de los medios y el boom de los reality show, Gonzalo Martínez lo convierte en quien manipula y administra los relatos. Otra vuelta de tuerca, una reinterpretación sobre el teatro europeo de actor a público más que de personaje a personaje. También elige este director que sea evidente la mediación de actrices, ya que no dan el physique du rol de las personas reales que originaron los textos.

Inventarios se inscribe, según reconoce Minyana, en el auge en Europa de un teatro documental de casos no extraordinarios, lo que luego entre nosotros derivó en la idea de Biodrama. En Minyana con una mirada más política, sin llegar a ser un teatro político, pero incluyendo noticias de los diarios o con obras basadas en entrevistas a obreros de Peugeot (Habitaciones, en 1986) o a partir de reportajes a viudas de ex combatientes (Sala de fiestas, en 1995). Además, Inventarios se inspiró en el trabajo del artista plástico Christian Boltanski: Inventario de objetos que pertenecieron a una mujer que vivió en Bois-Colombes. Boltanski tomó objetos cotidianos abandonados al fallecer una obrera; las huellas de la guerra en esos recuerdos ordinarios era evidente, Boltanski los enmarcó y exhibió: una dimensión ontológica surgió de lo aparentemente simple y cercano. Así son los textos de Minyana, que venía entrevistando por radio a personas de la localidad para que contaran sus historias. Convocó entonces a tres actrices pero a la vez buscó sus “dobles” (una vecina, la madre de un amigo y la madre de una de las actrices) y, poniendo como centro objetos que tuvieran relevancia para ellas (la palangana, la lámpara y el vestido que son ejes en la obra), grabó en varios encuentros sus relatos de vida. Luego transmutó todo a literatura.

Inventarios no es precisamente realista ni lo es su efecto, debido a su forma. Es una pretensión de que el actor sea la presencia física del misterio existencial oculto en el lenguaje cotidiano. Para lograrlo, este autor escribe a mano, o sea “con todo el cuerpo”, y en el caso de Inventarios sin puntuación, para que cada actor, dice, encuentre por sí mismo la energía de la palabra y así pueda transmitirla con verdad. Además, pensando a cada hablante como instrumento que agrega su tono, su modismo particular según región y clase social. Y buscando que el ritmo de las palabras genere una partitura.

Inventarios, en la realización de Jacques Renard, fue llevado a la televisión en 1991.

Nacido en Besançon en 1946, Philippe Minyana siempre quiso hacer teatro. Como dramaturgo, comenzó acercando uno de sus textos al Teatro Abierto, sala que funciona como movimiento de nuevos dramaturgos y directores; posteriormente llegó a dirigir y coordinar allí el ciclo Teatro en construcción y fue autor asociado; ese complejo teatral le dedicó una de sus publicaciones. También actor, director y dramaturgo de libretos de óperas y piezas radiofónicas, reconoce entre sus influencias a Beckett, Bernhard y Handke, no sólo por el trabajo con el lenguaje y la relación musical entre las palabras, también por la falta de intención sicológica o sociológica y por la exposición filosófica del desconcierto y la fragilidad humanos. Además, realizó adaptaciones de clásicos como El príncipe constante, de Calderon de la Barca, y El cerco de Numancia, de Miguel de Cervantes. De sus casi 40 piezas escritas, conocemos pocas en el país. Minyana nos visitó en 2001; entonces fueron semimontadas André, Volcán (con referencias a Fedra ) y La casa de los muertos, por Francisco Javier; esta última además publicada por Eudeba. Los varios textos de Dramas breves 1 y 2 fueron organizados en un espectáculo unitario por Daniel Veronese.

Inventarios fue encarada por Laura Yusem y luego incluida en los dos volúmenes de Editorial Atuel que compilan los ciclos Tinta Fresca . Minyana llegó acompañado por la investigadora y traductora Francoise Thanas y por el director Roberto Cantarella, con quien conforma desde hace años un equipo en el Teatro Dijon-Bourgogne, donde forman actores y difunden dramaturgias contemporáneas. Luego, en el ciclo Tinta Fresca de 2005, se representó Minyana sobre Francia .


Foto: Alejandra López



A la distancia

Con la colaboración de Mónica Espina, argentina residente en Francia que ha montado allí algunas obras del autor, realizamos esta entrevista a distancia. Las preguntas giraron en torno a características de los textos difundidos aquí. Pero es importante aclarar que la escritura de este autor es muy vasta, siempre experimental y distinta.

El Entrevistador tiene un lugar importante en sus obras, en “Inventarios”, en algunos de los “Dramas breves”...

En Dramas breves 2 una entrevistadora escucha a dos personajes extraños. Es menos la función de la entrevistadora lo que me interesa que la intrusión, en una pieza de teatro, de un elemento singular que cohabita con otros elementos igualmente singulares: una señora mayor que va y viene, el hombre enamorado... Es un intento de interceptar, de manera general, lo extraño de lo ordinario. Una entrevista logra capturar lo real pero es siempre la sorpresa, a mi modo, de lo real lo que me interesa.

La guerra también tiene una presencia relevante.

Durante un período de mi escritura, del 87 al 90, quería explorar este tema que me parecía inevitable en la literatura teatral. Es uno de los temas fundantes. Se trataba sobre todo de trabajarlo precisamente como tema universal, no en particular nuestra guerra de ese pasado inmediato. El tema de la guerra permite una escritura épica, abierta.

Cada personaje hace su monólogo y no es frecuente el diálogo ni el conflicto entre dos.

Esto también es muy de la primera parte de mi obra, los años 80 y 90, la escritura rechaza la psicología, el conflicto íntimo. Funciona más bien como un poema dramático. Rompe con el sistema anglosajón, el teatro de cámara. Lo recitativo reemplazó la forma clásica “yo te hablo, tú me respondes”. Actualmente intento “trenzar” los diálogos. Es un diálogo perturbado, que salta de un tema a otro. Un principio de realidad, como en la vida, que suscita humor. Los diálogos son sobre todo partituras.

Hay un protagonismo de los objetos, cartas, fotos...

Objetos, fotos, cartas, vuelven a menudo. Huellas, recuerdos, el pasado, el presente. Testimonios indispensables. Me gusta que el teatro convoque los mismos elementos que las artes plásticas. La obra de teatro es como un paisaje heterogéneo y variado.

¿Cómo imagina la representación de sus obras?

La escritura, desde el comienzo, introduce la representación. La didascalia se vuelve texto. Y el texto y las réplicas van ensamblados. Ahora acabo de escribir “relatos-teatro”. Las fronteras ya no existen. Son las formas que acompañan, modelan e identifican mi escritura.

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miércoles, 11 de mayo de 2011

Inventarios, una puesta de Gonzalo Martínez

Una puesta con muy buen trabajo actoral , con mezcla de lenguajes y un gran uso de recursos técnicos.

Por Marcos Hernández para Puesta en escena

¿Somos algo más que nuestros recuerdos? ¿Somos algo más que los objetos a los que nos amarramos para constatar un pasado que existió? ¿Un destino  se cumple cuando lo narramos o cuando lo inventamos?

Foto: Alejandra López
Con el formato de talk show, Inventarios, dirigida por Gonzalo Martínez, desanda la vida de tres mujeres que aferradas a un objeto que significa, las significa y les confiere realidad,  narra  un juego en el que tal vez nadie gane o sólo el espectador.

Un vestido, una palangana y una lámpara son esos efectos personales que ellas utilizan para reivindicar una existencia que sin ellos se volvería borrosa.

De este modo, Malena Solda en la piel de Ángela, Verónica Pelaccini encarnado a Jacqueline y María Laura Santos, interpretando a  Bárbara, poseen esos objetos fútiles que aseguran su paso por este mundo. El nombre Eva sobrevuela la puesta y el espectador saca sus propias conclusiones. ¿Quién es? ¿La primera mujer que existió en la mítica Biblia? u ¿otra que resuena sin césar en el imaginario?

Tres pantallas con excelentes videos a cargo de Ian Kornfeld, hacen las veces de lupas en las que un detalle se amplía para mostrar el gesto de cada una de ellas. Esos videos nos sumergen en ese costado voyeur que tenemos todos los que algunas vez espiamos un talk show.

El locutor, Igor, a cargo de Alfredo Staffolani es casi tan nefasto como todos los que vemos en esos formatos y lo hace muy bien.

La puesta de Gonzalo Martínez tiene varios hallazgos, el primero es la elección de las actrices que juegan dos juegos: su rol actoral y el juego al que fueron convocadas, de modo eficaz. El dispositivo escénico con el uso de pantallas, lejos de resultar redundante, apuesta a la mezcla de lenguajes y aquí se torna imprescindible dando ese matiz de cámara que todo lo ve, a la que nada se le escapa,  porque eso es un reality, un agujero para espiar la miseria ajena, inventada cuando la luz roja se enciende, real cuando es necesario recurrir a un juego para poner a salvo algo que se escapará fugaz como la fama o la gloria de cabotaje de estos sujetos dispuestos a jugar y desnudar el alma.

Foto: Alejandra López
El diseño escenográfico a cargo de Alicia Leloutre, hace un buen mix con el resto de los signos, como el vestuario de Pablo Ramírez. El diseño de luces de Ricardo Sica y Matías Sendón, con una iluminación plana, contrasta con el doble fondo de las historias a narrar. ¿Quién puede juzgar que un sujeto cualquiera le confiera algo de “realidad” a su estar en el mundo, a través de un objeto que como fetiche opera para conferirle alguna certeza de su ser?

Buenas actuaciones en las que se nota la mano del director en un texto trabajado y explotado en sus máximas posibilidades con un equipo acorde a la exigencia. Una competencia de palabras con un registro textual de oralidad inminente que cierra junto al aplauso.

Vale la pena ver estos Inventarios ajenos y re pensar los propios.


Ficha Artístico | Técnica

Autor: Philippe Minyana
Traducción: Alicia Migdal
Intérpretes: Verónica Pelaccini, María Laura Santos, Malena Solda, Alfredo Staffolani
Iluminación: Matías Sendón, Ricardo Sica
Diseño de vestuario: Pablo Ramírez
Asistencia de vestuario: Gonzalo Barbadillo
Diseño de escenografía: Alicia Leloutre
Video: Ian Kornfeld
Sonido: Ian Kornfeld
Fotografía: Alejandra López
Peinados: Ale Granados
Maquillaje: Dolores Giménez
Asistencia de dirección: Carolina Balbi
Producción ejecutiva: Florencia Flores
Coordinación de producción: Romina Chepe
Dirección: Gonzalo Martínez

Web: obrainventarios.blogspot.com

Funciones: Viernes y sábados 20:30 hs. Domingos 19 hs.

CIUDAD CULTURAL KONEX
Sarmiento 3131 
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4864-3200
Web: www.ciudadculturalkonex.org

Entradas desde: $ 50

Entradas a la venta en la boletería del teatro (desde las 17 hs.) o por sistema Ticketek 
(5237-7200 – www.ticketek.com.ar)

lunes, 9 de mayo de 2011

Una mirada sensible a los talk show

Junto a Verónica Pelaccini, María Laura Santos y Alfredo Staffolani, Malena Solda protagoniza en el Konex la obra Inventarios, dirigida por Gonzalo Martínez.

La puesta propone la historia de tres mujeres mayores que participan de un programa de televisión, al estilo talk show, para contar sus vidas. Los personajes no se representan de manera literal, sino que las actrices, todas jóvenes, cuentan las experiencias de estas mujeres de 70 años. Además, incluye la incorporación de la tecnología con tres pantallas y leds de colores, que le aportan un estilo muy moderno al espectáculo. 

Foto: Alejandra López

“Todo lo que pasa es en un código muy verdadero, muy realista. Incluso el locutor, que es un personaje más extremo en sus reacciones. Existen de esos en la televisión, que están todo el tiempo arriba y hablan a los gritos”, dice Malena mientras empieza a gritar desaforada imitando a estos conductores de tevé. 

“En la obra, lo más importante es la vida de las tres. Lo que gana es la palabra, pero a esto se suma el plus de la tecnología, que forma parte del espectáculo y es como estamos acostumbrados a vivir los jóvenes”, cuenta la actriz. 

Además de la puesta intimista a tres historias de vida, la obra posee una mirada irónica por parte del autor sobre los progrmas de talk show. “Hay un análisis sobre la gente que va a estos programas y cuentan sus experiencias personales e íntimas y por algún motivo tienen la necesidad de decírselas a mucha gente. Pero su exposición no es burda ni grotesca, es muy sensible. Al final se genera una gran empatía con estas mujeres. Hay una humanidad, mucha ternura”, explica. 

Con muchos recursos tecnológicos al servicio de la historia, Inventarios cuenta con videos y sonidos especiales, realizados por Ian Kornfeld y el vestuario del reconocido diseñador Pablo Ramírez. 


Publicado en Tiempo Argentino 
26 de abril de 2011

lunes, 2 de mayo de 2011

Malena Solda, actriz en juego

Con una carrera que comenzó en la TV y la llevó a las puertas de ser una chica Bond, la intérprete sigue su carrera con películas, proyectos teatrales como Inventarios, y miniseries.

Por Alejandro Rapetti para La Nación

Foto: Patricio Pidal
Acaba de finalizar el ensayo de Inventarios* , de Philippe Minyana, y Malena todavía lleva puesto el vestuario de su personaje, Angela, un vestido impecable de color pastel de los años 50. 
Con dirección de Gonzalo Martínez, la obra que protagoniza junto a Verónica Pelaccini, María Laura Santos y Alfredo Staffolani se presenta en la Ciudad Cultural Konex y plantea una competencia de palabras entre tres mujeres que van a contar sus experiencias de vida a un programa de televisión, con un conductor encargado de dosificar sus intervenciones de manera caprichosa, al menos arbitraria. La puesta se completa con una serie de pantallas instaladas por el artista plástico Ian Kornfeld, que apoyan sus relatos con imágenes y sonido.

"Están compitiendo por algo que no se sabe muy bien qué es, pero tienen ese momento para contar lo que ellas creen que puede interesarle al público sobre su vida. A veces se acuerdan de cosas que pasaron hace 10 años; luego, de algo que ocurrió hace 5 o que sucedió hace 30. Pero, en realidad, no es tan importante seguir el relato, que es muy difícil porque son muchos datos, sino lo que transmite cada una, los sentimientos, sus emociones", explica la actriz, que comenzó a estudiar teatro con Hugo Midón a los 9 años y en 1994 debutó en la TV ingresando al elenco protagónico de aquel éxito de la tarde de Canal 13 que también protagonizaban Gastón Pauls y Nancy Duplaá. En 2007 estuvo a punto de convertirse en chica Bond. Quedó preseleccionada entre las tres finalistas, aunque en la etapa final del casting, que se llevó adelante en Londres, el rol se lo quedó la ucraniana Olga Kurylenko.

"Cuando era chica, la actuación era un juego. Ya soñaba que iba a ser actriz, y disfrutaba mucho de estar en las clases, en la escuela de Hugo. Después empecé a trabajar y bueno, depende de dónde, con quién, el trabajo como actriz se resignifica todo el tiempo. Una cosa es el teatro off; otra, el teatro oficial; otra, el comercial, la televisión, el cine o el cine independiente. Fui buscando mi lugar y lo sigo buscando todavía", relata la actriz que en junio de este año también volverá a la pantalla grande cuando se estrene Juntos para siempre, de Pablo Solarz, que protagoniza junto a Peto Menahem y Florencia Peña. Además, en 2010 grabó Guita fácil, una miniserie de 13 capítulos con Carlos Portaluppi, que no se estrenó todavía, y participó de La mala verdad, una película de Miguel Angel Roca, que hizo junto a Alberto de Mendoza, y tampoco se estrenó en la Argentina, pero sí en Málaga, donde ganó un premio a la mejor película elegida por el público.

A lo largo de una carrera profunda en teatro, cine y TV, Solda estudió a las órdenes de distintos maestros, desde Cristina Banegas hasta Julio Chávez, pasando por Luis Romero, Ana Inchausti, Doris Petroni, Cristina Moreira y Helena Tritek. En 2005-2006 viajó Inglaterra, donde se perfeccionó en teatro clásico en Lamda (London Academy of Music & Dramatic Arts), una experiencia que la marcó para siempre.
"Viajé en un momento en que estuve haciendo mucha televisión, con un ritmo medio frenético, y entré un poco en crisis con mi trabajo; no sabía para qué lo hacía, porque no encontraba placer en la tarea. Me acuerdo de que un día, en una clase, fue muy claro: no el para qué, sino el porqué. Lo sentí en el cuerpo, tenía la misma sensación de cuando iba a las clases de Hugo. Era placer; era juego. Hoy, la actuación, para mí, sigue siendo un juego, y si no lo disfruto como un juego, no tiene ningún sentido."

*Inventarios: viernes y sábado, a las 20.30; domingos, a las 19. En Ciudad Cultural Konex; Sarmiento 3131; 4864-3200. Localidades desde 50 pesos.

Acceda a la nota completa aquí

domingo, 1 de mayo de 2011

Tres víctimas en la licuadora


En un estudio de televisión, tres mujeres maduras ventilan “en directo” recuerdos íntimos, casi obscenos, de su juventud. Un vestido, la palangana, cierta lámpara son testigos de cargo de esas mujeres necesitadas de confesión retrospectiva, mientras el presentador les quita reiteradamente el turno de la palabra frente a la teleaudiencia. El francés Philippe Minyana (1946) habla de la frívola apropiación que los medios masivos hacen de quienes no se resisten a desnudar su dolorosa intimidad si con ello logran quince minutos de notoriedad, en formato de penoso talk-show. Inventarios explicita esas compulsivas evocaciones trituradas por la maquinaria televisiva y guarda en subtexto otras provocaciones a ser activadas por la versión de turno. 

Foto: Alejandra López
Gonzalo Martínez traduce el material llano a atrayente, ágil código multimedial. Atiende mejor al encuadre visual y el ritmo general que al tenso patetismo de las víctimas, restando impacto a la presión brutal con que el presentador las “saca” de control (excelentes Verónica Pelaccini, María Laura Santos, Malena Solda y Alfredo Staffolani). Vale participar de este estimulante “teatro como en la tele” que subraya desazón por la falta de compromiso humano en la era de la comunicación masiva.

Inventarios de Philippe Minyana. Dirección: Gonzalo Martínez
Con Verónica Pelaccini, María Laura Santos, Malena Solda y Alfredo Staffolani
Los viernes y sábados a las 20.30 y los domingos a las 19 en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131. Entrada: desde $ 50